En un país como España, tan cercano al mundo árabe por vecindad e historia, y en el que todavía son palpables las múltiples reminiscencias de los casi ocho siglos de cultura islámica vividos en su suelo, estudiar la lengua árabe no debe entenderse como una experiencia ajena al conocimiento de nuestra civilización. Si a ello añadimos el hecho de vivir en un mundo cada vez más globalizado y la necesidad de entender muchos de los conflictos políticos e interculturales que suceden actualmente en el mundo, el estudio de esta lengua puede resultar clave para adentrarnos en distintas realidades que nos rodean dado su carácter estratégico.
El árabe es el quinto idioma más hablado en el mundo, siendo la lengua oficial en 23 países y para 300 millones de hablantes: Marruecos, Mauritania, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Libia, Sudán, Chad, las Islas Comores, Irak, Siria, Líbano, Palestina, Jordania, Arabia Saudí, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Omán, Yemen, Somalia y Djibuti. Es, además, una de las lenguas oficiales de la Organización de Naciones Unidas.
Para aquellas personas interesadas en el campo de la traducción y la interpretación, hablar árabe puede resultar un gran valor añadido a su currículum a la vez que una experiencia única de enriquecimiento personal. Conocer y dominar el árabe te capacitará para salvar la brecha cultural y lingüística existente entre dos mundos no tan diferentes entre sí y para contribuir a su mutuo entendimiento. Te acercará a una rica y milenaria cultura en áreas como la ciencia, la historia, la literatura, el cine, la música, la arquitectura o la gastronomía, expresadas en una elegante y original grafía que, aunque distinta, es fácil de aprender.
Un gran desafío, en suma, que te dará la ventaja de entender el mundo de derecha a izquierda.